Introducir un nuevo perro en la familia puede ser un proceso emocionante, pero también desafiante. Aquí tienes damos algunos consejos:
Tiempo y paciencia: La adaptación puede tomar días o semanas. Sé constante y paciente para que ambos perros se acostumbren a la nueva dinámica

Presentación en un lugar neutral: Antes de llevar al nuevo perro a casa, haz que se conozcan en un parque o espacio abierto. Esto evita que el perro residente sienta que su territorio está siendo invadido.
Supervisión en los primeros encuentros: No los dejes solos al principio. Observa sus interacciones y asegúrate de que no haya signos de agresión.
Respeta el espacio de cada uno: Cada perro debe tener su propio lugar para dormir, comer y jugar. Esto ayuda a evitar conflictos por territorio.
Refuerzo positivo: Premia a ambos perros cuando interactúen de manera tranquila y amigable. Esto refuerza la idea de que estar juntos es algo positivo.
Paseos juntos: Caminar juntos ayuda a crear un vínculo y a reducir tensiones. Es una actividad que fomenta la cooperación y la confianza.
Evita la sobreprotección: Si el perro residente corrige al nuevo con un gruñido leve, no lo regañes. Es parte del proceso de establecer límites y reglas.